Archivo Viladesau

25/09/2025

Archivo Viladesau: un tesoro de la memoria musical paraguaya llaga a la Casa Bicentenario de la Música

Este jueves, en un acto cargado de simbolismo y memoria, la Casa Bicentenario de la Música “Agustín Pío Barrios”, del Centro Cultural de la República El Cabildo, recibió en donación la colección de manuscritos, partituras y documentos pertenecientes a Manuel Viladesau (1878–1949), músico, productor y editor catalán que se convirtió en figura clave para la preservación y difusión de la música paraguaya en el siglo XX.
La entrega del valioso material fue realizada por Diego Segovia Palau, bisnieto de Viladesau, quien encabezó el Proyecto de Rescate y Valorización del Acervo, del que también  formaron parte los investigadores Lea Schvartzman, Sebastián Jiménez y Marta Miranda.
La iniciativa contó con el apoyo del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes (FONDEC). 
El director general del Cabildo, Aníbal Saucedo Rodas, y el director de la Casa Bicentenario de la Música, maestro Diego Sánchez Haase, recibieron esta donación, producto de uno de los más valiosos rescates patrimoniales recientes en materia musical, tanto por su dimensión como por su significado.
La colección quedó exhibida en una muestra diseñada por el curador Carlos Spatuzza y tuvo como marco una interpretación musical, a cargo del pianista e investigador Sebastián Jiménez. 
Un archivo centenario y pionero
El Archivo Viladesau ofrece un testimonio único de los primeros registros musicales del Paraguay. Reúne 135 documentos fechados entre 1915 y 1948, entre los que se incluyen:
* 77 partituras de autores nacionales, en su mayoría polcas galopas y valses.
* 60 partituras de motivos populares anónimos, recopilados y arreglados principalmente por Aristóbulo Domínguez.
* 11 partituras de maestros extranjeros que marcaron la formación musical en Paraguay, como Nicolino Pellegrini y Salvador Dentice.
* 24 grabaciones fonográficas en discos de 78 RPM, registradas en 1928 bajo el sello Guarany, primer sello nacional de grabación.
El acervo contiene también joyas únicas: el manuscrito original del arreglo del Himno Nacional Paraguayo de Nicolino Pellegrini, partituras dedicadas a personajes políticos y clubes deportivos de la época, así como piezas que reflejan la estrecha relación entre música, sociedad y contexto histórico.
Una generación de transición
El archivo permite identificar a 42 compositores y compositoras paraguayos de principios del siglo XX, de los cuales cinco son mujeres: Emilia Troche, Rosita Mares, Juana Séculi de Battle, Sarah Clara Silva y Anita Kohen. Además, junto a nombres consagrados como Remberto Giménez, Julián Alarcón, Ampelio Villalba y Juan E. González, aparecen casi treinta autores poco conocidos, de quienes estas partituras constituyen la única huella de su existencia creativa.
Las obras revelan el pasaje desde la transmisión oral de los aires nacionales hacia la escritura musical, configurando una etapa fundacional para el posterior desarrollo de la música paraguaya.
Aunque muchas partituras exhiben rudimentarias formas de notación, estas constituyeron la base que permitió a compositores como José Asunción Flores avanzar hacia nuevas formas, incluida la creación de la Guarania, hoy Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Patrimonio para la memoria colectiva
Aníbal Saucedo expresó que la donación de este archivo "no solo garantiza la conservación de un acervo con más de un siglo de antigüedad, sino que también lo pone al servicio de la investigación, la enseñanza y el acceso público". 
Por supuesto parte, Diego Sánchez Haase señaló que la Casa Bicentenario de la Música será ahora depositaria de este legado, "que documenta no solo partituras y grabaciones, sino también un momento decisivo en el proceso de afirmación cultural y nacionalista del Paraguay tras la posguerra".
En palabras del equipo investigador, este rescate constituye “un capítulo de la historia de la música y de la cultura del Paraguay poco recordado y estudiado, pero de enorme significancia, pues reúne los primeros testimonios del registro escrito y fonográfico de nuestra música”.
Viladesau, un pionero
Nacido en Barcelona en 1878, Manuel Viladesau llegó al Paraguay en 1912. Ese mismo año fundó la primera Casa de Música del país, que ofrecía instrumentos y publicaciones. En los años 20 lanzó el sello Guarany, con el que se grabaron por primera vez compositores e intérpretes nacionales, como el Dúo Giménez – Pucheta y la Orquesta de Atilio Valentino. Su labor editorial, discográfica y docente no solo preservó la música paraguaya, sino que también impulsó su internacionalización.